HISTORIA PARROQUIAL

Inicialmente, Irimbo y su jurisdicción figuraron como partes integrantes de la parroquia de Maravatio pero, a finales del siglo XVI erigió en curato independiente y se entregó para su atención al clero diocesano. Ocasionalmente, los párrocos de Irimbo administraban el curato de Maravatio por falta de clérigos en éste, o a la inversa. Alrededor de 1696, la jurisdicción eclesiástica de la parroquia de Irimbo comprendía los siguientes puntos: los pueblos de Irimbo, Senguio, Tzintzingareo, Aporo, Hauanimoro y Epunguio; las haciendas de Angangueo, Tarimoro, Rincón del sapo, La Huerta, soto, Carindapaz, Chincua, Casa Blanca y San Nicolás , y los ranchos situados en los valles de Senguio y Chupio. Las fincas del valle de jaripeo y el pueblo de san Lorenzo Queréndaro pertenecen al curato franciscano de Taximaroa pero, frecuentemente, los habitantes de esas comarcas comparecían a Irimbo para arreglar asuntos de carácter eclesiástico.


Por su ubicación geográfica, sobre unas de las rutas comer siales mas concurridas del centro de nueva España, la parroquia de Irimbo era visitada constante mente por los viajeros para efectuar bautismos, matrimonios o entierros. Por ejemplo, entre 1697 y 1717 se bautizaron en ese lugar infantes que habían nacido en Temalcalcingo, Tziritzicuarico, Ucareo, Zitacuaro, Toluca, tlalpujahua, Tuzantla, Tuxpan, Jungapeo y Taximaroa.

La parroquia de Irimbo cobro importancia desde los primeros años del siglo XVll, cuando incluidas en los itinerarios de los obispos en sus periodos recorridos por la diócesis. A finales de noviembre de 1628, llego a Irimbo fray Alfonso Enrique de Toledo para efectuar una visita rutinaria. EL fraile mercedario y Octavio obispo de Michoacán fue sorprendido por la muerte en esa población el 2 de diciembre de ese año; su cadáver fue trasladado con todos los honores desde ese lugar hasta Valladolid. Fray Marco Ramírez del prado fue el segundo obispo que visito la parroquia de Irimbo, en noviembre de 1661. Por su parte, fray Francisco Verdín y molina verifico un recorrido por la diócesis a finales de 1674; en Irimbo permaneció dos días del mes de diciembre.